Foto cortesía http://www.jeffersonperez.com/ |
Caminaba largos tramos a su retorno de clases en la primaria o correteaba por las calles de Cuenca mientras ayudaba a su madre. Pero quién iba a imaginarse que el pequeño Nardo -así es el trato cariñoso de su madre Lucrecia Quezada- años más tarde con sus pasos llegaría tan lejos.
Quería un 20 de puntuación en educación física para aprobar el año lectivo como alumno de la sección vespertina del colegio Francisco Febres Cordero. No le quedó más opción que pedir a Fabián, su hermano menor, le cediera la posta para entrenar por una semana y prepararse para una prueba de largo aliento, reto que el profesor de secundaria, Johnny Prado, impusiera a sus alumnos.
No solo logró el 20, sino que a sus 14 años, allá por 1988, se catapultó hacia un mundo de éxitos. Pronto incursionó en pruebas de medio fondo y de inmediato se familiarizó con el podio.
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Mas se dejó seducir por unos 'extraños' movimientos, que pocos lo conocían y algunos hasta se mofaban al verlos en los entrenamientos o en las competencias.
El azuayo Luis Chocho, un forjador de talentos de la caminata atlética, lo había descubierto. No escatimó empeño hasta lograr convencerlo a que aceptara la invitación de integrarse al equipo de marchistas azuayos que en ese entonces se esforzaba por abrirse paso entre el anonimato. Allí estaban las entonces destacadas andarinas Mirian Ramón y Luisa Nivicela, campeonas sudamericanas.
En la inauguración de los Juegos Sudamericanos Cuenca'98. Rolando Vera (el mejor fondista), el autor de este blog, Jefferson Pérez y el ex nadador Jorge Delgado (4to. en J. Olímpicos). |
Por esos tiempos, uno de sus mayores referentes fue el también azuayo Rolando Vera Rodas, cinco veces ganador de la carrera internacional San Silvestre, Brasil. No obstante, después no solo le superó en logros sino en la idolatría.
Desde los inicios de su trayectoria, Jefferson se paseó con títulos nacionales, bolivarianos, sudamericanos, panamericanos y mundiales en todas las categorías. Para confirmar su grandeza deportiva, sorprendió a todos con la medalla de oro en los 20 km marcha de los Juegos Olímpicos de Atlanta, EE.UU., en 1996, y lo ratificó 12 años después con la presea de plata en la misma prueba de los Olímpicos de Beigjing, China.